miércoles, 3 de agosto de 2011

Sentir

 El frío calmo un poco, facultad, radio, Facebook, Twitter, Google+, almuerzo a destiempo, pequeña siesta. Llama mi madre, ¿Cómo estás? Bien respondo. ¿Me parece a mí o últimamente esa pregunta me la hacen muy seguido? No lo creo, solo lo normal. Lo siento. Siento muchas cosas.
Pienso, me persigo, me calmo, me culpabilizo, me auto consuelo, vuelvo a pensar. “No tenes que pensar” me dijo una amiga. No es fácil.
¿Qué hora es? Parece siempre la misma cuando pensas solo en una cosa. ¿Tengo una sola cosa que hacer y en esa estoy pensando? No, solo una cosa quiero hacer. Si es por tener tengo varias.
¿Qué me pasa? No sé, me respondo. Evadiendo quizás respuestas indeseadas. Pero algo pasa.
¿Qué sentís?  Cosas. Hipónimo que no describe absolutamente nada pero a la vez dice mucho.
Sentimientos nuevos para mí. Sensaciones desconocidas. Buenas hace un tiempo. Incómodas ahora. Mucho sentimiento nuevo. Nuevo para mí.
Me voy al gimnasio, a veces me distrae. Hoy no hizo muy bien su trabajo.
-¿Fede como estas? (otra vez la pregunta) me dice Adrián.
-Bien bien.
-¿Si?
-Si si querido, le respondo. Trago saliva.
Mientras pedaleo Agustina responde que no puede tomar una cerveza. Ella ayuda a su madre. Amiga con entorno enigmático, de sonrisa pura y brillante. Tiene carcajadas que explotan en momentos no oportunos. Escribe bien, ella no lo acepta del todo y le da un poco de vergüenza, es modesta. Me hace bien hablar con ella.
Me canso, me aburro. Me baño y me voy.
-Chau Adrián!
-Chau Fede, hasta mañana!
Me prendo un cigarrillo, a las dos pitadas el colectivo ya llegó. Lo tiro.
Me siento en uno de los asientos en los que quedas mirando para atrás. A todos los pasajeros. A veces pienso que estarán pensando cuando miran por la ventana, otras veces los miro fijamente para incomodarlos, no sé, me divierte un poco.
Viajo. ¿Estresado? ¿Enojado? ¿Triste? Preguntas.
-¿Quién las hace?
-Yo.
-¿A quién?
-A mí.
-¿Y qué te responde?
-No se decime vos.
-¿Yo por qué?
-Y, si vos sos yo.
-Ah no sé, a mí no me metas, ya te dije que hacerse preguntas solo la mayoría de las veces no da respuestas concretas.
-A veces pienso que no servís para nada.
Toco el timbre, bajo, llego a casa.
Prendo la computadora, de eso no me olvido. Últimamente son varias horas las que estoy con ella. No me enorgullezco.
Giuliano, amigo, anti modas sin sentido. Un arquitecto en construcción que a veces desaparece sin dar señales de vida me pone en papel de periodista y me pregunta sobre Zaffaroni. Le respondo.
¿Cocino? No tengo hambre. Comeré más tarde si no me duermo antes.
El manifiesto comunista ahora no me llama la atención, mañana cuando me pregunten si me llamará. Comienzo a escribir.
Ya pasaron casi dos horas y la verdad que no las sentí. Está llegando un poco de hambre ahora, pero las ganas de cocinar son las mismas de antes.
Nudo en la garganta, reflexiones. 
¿Certezas? Pocas.
Todo sigue igual.
Chau, me voy.


4 comentarios:

CrónicasdedosViajeros dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
CrónicasdedosViajeros dijo...

Escribir. Que linda manera de descargarse tanto de esas cosas que nos agobian como de aquellas que nos hacen feliz.
Agustina, es mi querida Paganini? Yo tambien la quiero y la extraño sentada a mi lado en la facu.
Arriba ese ánimo Fede!

Federico Johansen dijo...

Es lo único que pude hacer a la noche, sentarme a escribir.
Agustina es esa misma que vos nombras, tenemos que juntarnos! Esa chica necesita un reencuentro con gente de la mañana jajaja

CrónicasdedosViajeros dijo...

La verdad que si, muy flojo lo nuestro!
El viernes que viene y el otro nosotros entramos a las 10 así que no nos vendría mal un encuentro, no? O si no unos mates a la tarde aunque sea! Pero si te soy sincera... me quede con las ganas de la cazuela de salchichas con salsa jajaja.

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